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Malas palabras de Cristina Morales

Malas palabras (Cristina Morales 2015)

Cristina Morales
190 páginas
Editorial Lumen
2015

El año pasado nos dieron la brasa con el centenario de la I Guerra Mundial. El 28 de marzo del presente año (2015), por si hay algún ciudadano español (nacionalizados también) que aún no se ha enterado, se cumplen 500 años del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, nacida como Teresa Sánchez de Cepeda y Ahumada.

Las editoriales se han puesto las pilas y verán, si se fijan, las librerías abarrotadas de obras de Santa Teresa. Espido Freire ha aportado su grano de arena, con Para vos nací, Cristina Morales también. El de Cristina se titula Malas palabras. Como no quiero usar tales malas palabras, no vaya a ser que Teresa o alguna otra entidad celestial me fulmine con algún rayo divino, iré al grano sin dejarme llevar por instintos demoniacos.

Creo que un libro sobre Santa Teresa tendría que ser escrito por un escritor o escritora que haya vivido lo suyo, que esté ya en el ocaso de su vida, que tenga más pasado que presente.
Poner en manos de Cristina, nacida en 1985, la extraordinaria (dicen) vida de la Santa para hablar por boca de esta, tiene un serio problema y es que la figura de Santa Teresa en manos de Cristina se ve achicada, y constreñida por las limitaciones de la escritura de la autora, que hace lo que puede, como todos cuando se ponen a escribir, y lo que puede y hace es plasmar por escrito los devaneos mentales de la Santa, la cual, en el siglo XVI que le tocó vivir, fue insumisa, libertaria, independiente, inteligente, mordaz, levantisca y cuantas loas, o vituperios, les vengan en gana, pero que sobre el papel no tiene ninguna consistencia, entidad, relevancia, ni relieve, no pasa de 1D (una dimensión), y el único momento en el que el libro deja de ser un texto inanimado es cuando Teresa habla de su madre y ahí sí siento correr por mis venas la sangre de su madre Beatriz/Beatroz, y no cuesta nada empatizar con sus múltiples partos, su triste vida, su soledad, su sumisión. Que el mejor personaje de un falso relato autobiográfico no sea la propia autora, será un acto de humildad, pero…

El libro no es una experiencia religiosa/mística.
El libro no es la Hostia de bueno.
El libro es (casi) un Martirio.
El libro sí es un lío de faldas o de hábitos.
El libro no puede darse el lujo de dilapidar 15 páginas hablando de unas elecciones primarias en un convento.

Si el libro fuera bueno, o muy bueno o excelso, ahora mismo estaría leyéndome algo de Santa Teresa, El libro de la vida por ejemplo, o pasandolas moradas y no es el caso, porque estoy ya con Celso Castro entre manos.