Si el otro día comentaba El Jugador de Fedor Dostoievski ahora hablaré de un libro de otro escritor Ruso,La Gaviota de Anton Pavlovich Chéjov es una breve pieza teatral donde el autor preso del derrotismo no deja títere con cabeza. Así nos encontramos con aquel autor teatral que no sabiendo asumir un fracaso se suicida, la cándida mujer que tras ser seducida es abandonada por su galán, el aburrido sesentón que trata de hacer en la vez lo que no ha hecho cuando era más joven, llevado por la rutina, pintando sus días de color gris, el escritor laureado que no acaba de ser feliz.
Lo que más me ha gustado del libro es cuando Trigorin habla acerca de la labor creadora, de enfrentarse a un folio en blanco, de las diferentes formas de crear, de escribir. De la necesidad de escribir a todo tren, un relato tras otra, de ir acumulando en la «despensa literaria» todas aquellas frases o palabras que le llaman la atencion y que luego empleará. Un libro, La Gaviota, que se lee de un tirón, donde Chejov nos muestra una galería de personajes marcados por la derrota.