Hablé en su día de los polvorones Felipe II, dicen los mejores del mundo. No he probado muchos pero estos polvorones Felipe II, además de los más antiguos del mundo, son excepcionales, una cosa maravillosa que me endulza cada año las Navidades.
Hace poco en Logroño, frente a la plaza del Espolón abrieron una pastelería, de nombre Viena. Había otra en la Calle Chile. Tienen unas tartas y unos chocolates extraordinarios. Hemos intentado sentarnos tres veces y ha sido imposible porque está hasta los topes y tienen cuatro mesas. Hoy antes de irnos vi unos polvorones que hacían ellos. Compré una docena, sobre un cuarto de kilo y mi sorpresa viene cuando al pagarlos me dicen que son 7 euros y pico. El kilo sale a 30 euros. Me parece una burrada. Vienen envueltos los polvorones en el papel que se ve, y no aparecen por ningún lado los ingredientes. Eso es lo de menos si el polvorón es bueno, pero ni eso, no se nota la almendra por ninguna parte. Los polvorones Felipe II, que los venden a unos 20 euros kilo se me hacían caros, pero al lado de estos, además de que no hay comparación en cuanto a presencia, textura y sabor, son mucho más baratos que los de Viena, que están a un precio desorbitante para lo mediocres que son.
Me he sentido timado y estafado, porque el precio del polvorón no vienen por ningún lado. Te enteras cuando tienes que pagarlo y me resultaba brusco decirle que en lugar de una docena quería medio y directamente que no los quería. Mal, muy mal Del resto de los productos no puedo juzgar, pero de los polvorones calidad/precio, una engañifa.
Todos los productos son una engañina lo venden como si fuera lo mejor del mundo,te cobran un paston y luego cuando vas a casa y los comes te sientes estafado