Archivo del Autor: Francisco H. González

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Km 123 (Andrea Camilleri)

Km 123, con traducción de Juan Carlos Gentile Vitale, es la última novela publicada por Andrea Camilleri fallecido en 2019. Ya ciego, Camilleri dictaba sus últimas novelas como la presente, que tiene como particularidad la circunstancia de que se van engarzando continuamente diálogos. Giulio, constructor con oscuros negocios le pone los cuernos a su mujer Giudita con la joven Ester. Este sufre un accidente en el Km 123 de la vía Aurelia. Libra de milagro.
Apenas hay narración, sino que mediante continuos sms entre el Giulio y Ester, conversaciones telefónicas entre Ester y su amiga Maria, diálogos entre Ester y su marido Stefano; noticias en los periódicos (Il Giorno, Il messaggero) que tratan de arrojar luz sobre el accidente de Giulio; las pesquisas que lleva a cabo el jeje inspector Bongioanni, en las declaraciones que toma a Ester, a Giudita a Stefano.
Como es habitual en una novela como esta todos son presuntos culpables y cada cual tiene sus razones para perpetrar un crimen o más.
He de decir que todo se resuelve de una manera inesperada, sirviéndonos el postrero golpe de efecto. No me parece la mejor novela de Camilleri ni lejos.

A la novela le sigue un escrito titulado
Defensa de un color. ¿Giallo?. Certo.

Recorrido por el Camero Viejo (Terroba, Jalón de Cameros, Ajamil, Rabanera, Vadillos, Velilla)

En un cuarto de hora en coche desde Logroño llegamos a Ribafrecha. Dejamos el coche abajo del pueblo junto al polideportivo. Ahí comienza una pista, un camino que nos conducirá hasta Puente Laidiez. Son dos kilómetros escasos, con el río siempre a nuestra izquierda, con escaso desnivel. En algún momento determinado iremos bajo la sombra de los árboles.
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De camino por la LR-250 y antes de Sigue leyendo

Canto yo y la montaña baila (Irene Solà)

Canto yo y la montaña baila (Irene Solà)

¿Cómo se consigue escribir así de bien? Ahí reside el misterio de la literatura. ¿Cómo lograr la emoción del lector de esta manera? ¿Cómo escribir una novela como Canto yo y la montaña baila (traducida del catalán por Concha Cardeñoso Sáenz de Miera) con menos de treinta años?.

Aquí baila la montaña y baila quien lee, baila y se solaza, se divierte y emociona con la prosa de Solà y sus historias de la montaña en el Pirineo Catalán. Nos ofrece un paisaje y un paisanaje atractivo, no porque lo sean a primera vista, sino porque a través de las palabras, las anécdotas, los recuerdos, se va armando un puzzle, una topografía que resulta arrebatadora, tanto por lo que se nos cuenta como por lo que se nos hurta. Piezas que se van armando, voces que quieren contar la realidad, los sueños, en un terreno que mezcla realidad y fantasía sin estridencias y nos hace mirar a través de los ojos de los animales para sentir su gozo y su pavor, que puebla el paisaje de fantasmas, brujas, mujeres de agua, que están ahí velando, apagando luces, haciendo compañía a los viejos y a los jóvenes, que tienen un momento en el que su realidad les pesa y oprime y el pueblo les cerca y quieren aire nuevo, salir, explorar, conocer, ver mundo, porque lo que viven les ofrece tanto como les niega y al pasar de las décadas, los jóvenes, ya adultos, regresan con sus hijos para comenzar la historia de nuevo, apaciguados entre montañas, al solaz del silencio, ante la armonía de las montañas, cansadas ellas de ir viendo pasar generaciones y generaciones y generaciones; montañas que también son protagonistas, que nos relatan su génesis y los finales y los consiguientes comienzos; hay una sensibilidad especial que toca cada página, cada ser vivo, animal o persona, que se manifiesta en cada acción y diálogo, que transmite vitalismo, alegría, humanidad, en esta novela tan luminosa, tan vívida, tan sentida, que se cierra de manera brillante, sin forzar nada, dejando que las palabras caigan en el oído preciso y permitan entonces al afligido desembalsar todos los metros cúbicos de arrepentimiento, culpa, pesar, dolor albergados durante años, porque ambos, el culpable y la víctima, aunque sea ésta indirecta, necesitan ese momento, esa ocasión, porque en el principio fue el verbo (y la palabra) y escritoras como Irene Solà (Malla, 1990) hacen un magnífico uso del mismo.

Anagrama
192 páginas
Traducción del catalán Concha Cardeñoso Sáenz de Miera
Año publicación: 2019

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Historias y relatos (Walter Benjamin)

Después de haber leído estas Historias y relatos de Walter Benjamin, con traducción de Gonzalo Hernández Ortega, me quedo con su labor ensayista, con libros como Iluminaciones, con sus ensayos sobre Badeaulaire, o con lo escrito en el Libro de los pasajes. Es precisamente cuando Benjamin exhibe su vena más ensayística cuando mejor es el relato, como cuando se explaya en cuanto al arte de la narración.
Los relatos son variados, abordan todo tipo de temáticas (el juego, el arte de los nudos, los carnavales…), se sitúan en diversas partes del globo terráqueo (Marsella, Ravello, Ibiza….), hay artistas, escultores, escritores, jugadores, enanos, fumadores de hachís…, todos ellos con muchas ganas de hablar y expresarse, de entregarse a la oralidad, a narrar sus peripecias. Los textos son cosmopolitas, eruditos. Algo que es de esperar en alguien tan viajado y leído como Walter Benjamin. Pero todo esto no funciona. La chispa no prende. Se pregunta uno de los personajes en un relato qué significado tiene todo eso que comprende la historia que le refieren. Eso mismo me pregunto yo al leer algunos de sus relatos e historias, cuando la clave quizás consista aquí precisamente en eso, en dejarse llevar, en poner el oído y escuchar, sorprenderse o simplemente bostezar, sin que el hilo de la narración logre atraparme con alguno de sus múltiples anzuelos, y a fe que Walter lo intenta y se aplica en cada historia y relato.