Archivo del Autor: Francisco H. González

Cantar de los Cantares

Cantar de Cantares de Salomón (Fray Luis de León)

Atendiendo a la portada del libro podemos pensar que Fray Luis de León (1527-1591) es el autor de El Cantar de Cantares de Salomón. El cantar fue incorporado a la biblia como el más bello poema de amor vivido por el rey Salomón y la hija del Faraón. A mediados del siglo XVI Fray Luis de León tradujo el original hebreo palabra por palabra atendiendo a la corteza de la letra. Hasta entonces la inclusión bíblica del cantar atendía a que en dicho texto se entendía que entrañaba un significado alegórico y una continua remisión a la religión y a la Iglesia.

El comentario del texto que hace Fray Luis de León al Cantar es portentoso. Basta con hacer la siguiente prueba: leer primero el cantar, luego leer el cantar y las explicaciones al mismo dadas por Fray Luis de León y finalmente volver a releer el cantar. Veremos cómo claramente nuestra percepción del texto ha cambiado, se ha visto enriquecida.

Llevando a buen puerto aquello de buscar la corteza del texto, Fray Luis le saca al mismo todo su jugo. Leer su prosa es un deleite para nuestros sentidos, también un encarecimiento de la lengua castellana. El amor recíproco entre Salomón y la hija del faraón, aquí bajo la figura de dos pastores, confiere a sus diálogos la semblanza de una égloga. Su juego amatorio es dado a los careos, los desfallecimientos, los celos, la crispación por la ausencia, la presencia capaz de colmar cualquier deseo.
Todo es aquí lenguaje florido, voluptuoso, carnal, en este galanteo pródigo en requiebros, en un amor nada casto que necesita de besos y caricias, el juntar de lenguas y alientos, la presencia del cuerpo amado del que coger fruto, como un jardín lleno de dones, pensamientos amorosos los que se tributan, elevando al otro -considerado ya parte de su mismo ser- a golpe de epíteto al ideal.

La edición de Vaso Roto cuenta con la edición y estudio a cargo de Víctor García de la Concha, lo cual es un plus más para este magnífico libro, uno de los más bellos del Renacimiento, de uno de los mejores prosistas del Siglo de Oro.

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Tú también vencerás (Jose González)

Tú también vencerás
Jose González
las afueras
Año de publicación: 2021
95 páginas

La obra literaria de Jose González presenta el aspecto de un sartal. El hilo es la memoria, las cuentas: la familia.

En Tú también vencerás, cuando el nieto refiere a su innominado abuelo una anécdota macabra, un episodio enquistado que requiere un interlocutor, su abuelo rompe a llorar. Aquel secreto guardado bajo siete llaves ve entonces la luz.

La vida del abuelo se nos refiere en segunda persona. El autor no da muchas pistas en cuanto a fechas o lugares, sabemos eso sí que hay dos colores en liza: rojo y azul. Y eso ya es decir bastante.

Vemos o intuimos cómo se gesta todo aquel horror, a pinceladas sutiles. El horror y la indiferencia a ese horror y los movimientos al frente de algunos que no pueden lidiar con la injusticia desoyendo las voces familiares, queridas, apelando a no significarse, para acabar sacándose el carnet del partido, aquel carnet, luego, junto al pecho: sube-y-baja que te recuerda -ya te pasará la factura- que estás vivo.

Luego, se abunda en aquel hecho que supuso el deshielo de la memoria del abuelo, un presente, durante la guerra, que siempre es pasado y memoria, como único asidero ante una realidad irreal por increíble. Ajusticiar a alguien por un modo de pensar. Eso es una guerra fratricida.

Los muertos en la guerra son estadísticas y los vivos son fantasmas. Quizás por eso, para que su abuelo deje de serlo, Jose (le) escribe esta novela, no para entenderlo y exonerarlo, que también, sino para aligerar su peso, si acaso la literatura es capaz de ofrecer tales dones y en ese caso, Jose servirse de ella con su prosa bruñida para alumbrar el punto ciego del error, de un horror no buscado ni deseado, pero siempre mortificante cuando anida en un alma noble.

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El Club de los Superhombres (Rosa Mayreder)

El Club de los Superhombres
Rosa Mayreder
Traducción, edición y estudio por Roberto Vivero
Ápeiron Ediciones
Año de publicación: 2020
134 páginas

En El Club de los Superhombres, breve texto de Rosa Mayreder escrito en 1897, los protagonistas son siete jóvenes estudiantes universitarios que deciden crear una asociación. Nietszche ya ha publicado Así hablo Zaratustra (1983). A la estela de su libro estos jóvenes deciden llamar a asociación finalmente El Club de los Superhombres, después de desechar otros nombres, barajando ideas y conceptos que tienen presente la muerte de Dios o el inmoralismo. La tensión narrativa se focaliza en dos de sus personajes, Ritter y Ferdinand. El primero enamorado del segundo elevado a un pedestal dionisiaco. Ritter lo ve y lo siente como un auténtico superhombre, lo venera, quiere formar parte de su mundo nuevo, porque este le ha descubierto los tesoros del espíritu. Porque ve en él lo que será la nueva y más alta forma de existencia.

Toda la palabrería tras concretarse en la creación de la asociación irá luego a mayores con la creación de una revista literaria, la cual les permitirá poner por escrito y difundir sus ideas. Cuando la policía se cruce en su camino, y la asociación pueda ser considerada de corte anarquista (en las Tablas de los Estatutos en su punto II reza: Cada uno hace lo que quiere) vendrán los problemas y caerán todas las máscaras. La pugna entre el idealismo y el sentido práctico, por parte de Ferdinand. La táctica de hacer pasar la asociación y todo aquel ideario por una chiquillada. La manera de salvar así el pellejo.

Se demuestra que todas aquellas ideas o certezas tenían los pies de barro. Ritter no sabe a quién creer. Obtiene testimonios contradictorios. No sabe qué creer, todo son dudas. Resulta muy gráfica la imagen final. Tratas de hacerte con algo sólido, tangible y acabas abrazando el aire. Metáfora de las ideas, del pensamiento, de esas creencias llamadas a crear un mundo nuevo, de puro transparente, todo aire.

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Caterva (Juan Filloy)

Caterva de Juan Filloy , escrita en 1937, es una de las mejores novelas que he leído y leeré en los próximos años. Llegué a la misma través de una recomendación de JMPA. Filloy murió con 105 años, tuvo una extensa obra, hablaba media docena de idiomas, era un reconocido helenista y su erudición se desplegó bien en novelas como Caterva, de una manera que su lectura resulta apasionante y absorbente.
Filloy, como explica Mempo Giardinelli en su interesantísimo epílogo, afirmaba conocer y manejar más de 70.000 vocablos. Conviene por tanto tener a mano el diccionario para sacarle todo el jugo a la obra. Con más de 100 personajes, la atención se centra en siete de ellos. Siete linyeras o homeless que viven debajo de un puente y que un buen día emprenden un viaje en tren que los tendrá durante unos cuantos días ocupados y preocupados con las circunstancias que la vida a veces nos impone.
Registra bien Filloy el habla popular, criolla, y en los diálogos crepita el humor, una constante que mantiene toda la narración durante casi 400 páginas. Una novela esta que bien merece ser leída lentamente. Seguir en la lectura un deambular parecido al de los protagonistas; así ir de estación en estación, sin apremio, más allá del premio del lenguaje que nos ofrece Filloy.
Al lado del diccionario no ha de faltar el lapicero, el grafito hollando el papel.
Un libro capaz de generar sin lugar a dudas un sinfín de anotaciones, páginas que leer una y otra vez, deleitado ante semejante forma de expresión, con unos personajes que a priori no son un dechado de virtudes pero a los que uno acaba cogiendo cariño y cómo no, lamentando también su pérdida, por el profundo conocimiento del autor del alma humana.
Bien podría hacer una transferencia de las muchas palabras, sentencias, aforismos o reflexiones que han llamado mi atención, pero prefiero que el lector llegue, si llega, virgen, alentado en todo caso por una expectativa que estoy convencido en nada defraudará al avezado lector.