Archivo de la categoría: 2023

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Psicojuego (Verónica Nieto)

Tercera aparición de Verónica Nieto por estos Devaneos. La primera vez fue con la novela Qué haces en esta ciudad, la segunda con los relatos de Tangos en prosa. Ahora, recién publica Psicojuego.

Ya he advertido en las obras anteriores la querencia de Verónica por el juego, por disfrutar escribiendo, y por ofrecer al espectador artefactos narrativos como este, que beben de lo futurible.
No sabemos si lo que plantea aquí Verónica lo verán nuestros ojos, o los de nuestros hijos o nietos. El planteamiento me parece muy original: una mujer ha muerto mientras jugaba en la realidad virtual. Es el primer caso en el que la muerte en la realidad virtual coincide con la muerte en la realidad real.
A partir de este momento la novela, sin convertirse en novela negra, trata de esclarecer qué es lo que ha sucedido, si ha sido un fallo cardiaco o un asesinato, quién era la víctima, cuál su entorno, en qué medida el Psicojuego pudiera haber sido el responsable último de su muerte.

La realidad real se ha visto aquí reemplazada por la realidad virtual, algo que poco a poco vamos viendo que sucede también ahora, ya que las personas pasan más tiempo en entornos virtuales que presenciales, donde la amistad son vínculos con personas de quienes solo se tiene constancia de su nickname, de la foto de su perfil, de sus posteos. No hay aquí la posibilidad de un abrazo, de un estrechamiento de manos, de un encogimiento de hombros…

La novedad que ofrece el Psicojuego es que su desarrollo responde a las fantasías inconscientes de cada jugador. Por lo tanto aquí el inconsciente juega un papel fundamental. Es como si pudiéramos cartografiar nuestros deseos, miedos, obsesiones, pulsiones y hacerlas carne, no mediante una impresora en 3D, sino a través de un juego al que accedemos poniéndonos un casco, y en el que jugamos a través de un avatar. ¿Sería el avatar una proyección nuestra, la parte visible de nuestre inconsciente? El Psicojuego se vende como una óptima herramienta para la terapia. Pensemos en un Oráculo de Delfos 4.0, donde el Conócete a ti mismo, viene a ser el ¿Qué eres capaz de articular con tu inconsciente? El jugador valiente podía llegar a conocerse a sí mismo.

De esta manera, no solo se entregaría la intimidad, que pasaría a ser del dominio público, como sucede hoy, sino que se daría un paso más, para pasar a entregar también nuestra psique, y pienso en ella como en la caja negra de un avión, la herramienta que nos permita entender cómo somos.
Para lograr esto, el lenguaje de la psique pasaría a formar parte del lenguaje de programación del Psicojuego. El Psicojuego es capaz de calcar la psique. ¿Imaginan un futuro en el que la psique fuera como un software al que bastaría cambiarle el código para que funcionase distinto?

El tono juguetón de la autora se explicita al explicarnos el desarrollo del juego. El objeto de todo juego es ganar, aquí supervivir, pasar pantallas, subir de nivel. Para ello los avatares de los jugadores deben mezclarse con otros avatares de forma provechosa, de esta manera adquieren cualidades que les ofrecen más posibilidades de sobrevivir. De esta manera encontramos, por ejemplo, monstruos del tipo: homopostsapiens-vegetal-afantasmado.

Una pregunta ronda como una fantasma por la novela, ¿qué es real y qué es virtual?. Imaginemos un futuro en el que la pregunta deje de importar y la respuesta sea que lo real es una antigualla, abolido ya por ejemplo el deseo de intimidad, al igual que la memoria natural, o las interacciones en directo. Todo aquello que hubiera ido a parar al Museo de la vida cotidiana.

La muerte acaecida se aborda desde distintos puntos de vista: los abogados que quieren ganar el juicio, los narradores (son varios narradores los que pergeñan este compendio) que quieren ganar lectores, y los psicólogos que quieren seguir comercializando el producto como terapia de apoyo. Se ofrecen asimismo las transcripciones de los interrogatorios practicados al Amante, a los familiares y amigos de la víctima.

Hay espacio en la novela para la denuncia. Aunque los informáticos hablan de un algoritmo unisex, pero a medida que vemos cómo se desarrollan las escenas en las partidas, el juego parece calcar de la realidad conductas que van en contra del respeto hacia la mujer. Ahí se abre en la novela la vía del hackeo, la posibilidad de la víctima (devenida una jugadora de zombi) de tumbar el psicojuego desde dentro, de denunciar prácticas sexuales que se sitúan al otro lado del respeto y el amor, por abusivas, denigrantes, intimidantes, humillantes y violentas, aunque sancionadas como normales bajo el paraguas de la ubicua pornografía.

En una parte de la novela aparece una Carta anónima que juega un papel importante para aclarar ciertas cosas. Ahí leo, el psicojuego permite todo tipo de sinsentidos, del mismo modo que la psique. Del mismo modo que un sueño. Y del mismo modo que la ficción, añadiría, en tanto que esta nos permite también especular, jugar con el futuro, y proponer escenarios, como hace aquí sagazmente Verónica.

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Presentación de Últimas noticias de la humanidad en Santos Ochoa

Últimas noticias de la humanidad

Hoy 4 de octubre, a las 19,30, en Santos Ochoa de Calvo Sotelo presentaré mi libro de relatos Últimas noticias de la humanidad (Ápeiron ediciones, 2023), acompañado de Jorge Fernández Carracedo.

Os esperamos.

Ya está disponible el vídeo de la presentación.

Cruce de caminos

Cruce de caminos, reza el himno de Logroño. Así es. Ayer cogí la bicicleta y a apenas siete kilómetros de Logroño está Viana, en Navarra. Se mezclaban antes de llegar a Viana dos olores, el de la aceituna en la almazara y el de la galleta en la fábrica. Hacia la izquierda está Moreda, a tres kilómetros, y nos encontraremos en Álava. El espacio físico va por tanto alternando comunidades autónomas, aunque el paisaje apenas cambia: un manto de viñedos, ahora en vendimia. Y como sucede en Torino con la Mole, o en Berlín con la torre de televisión, por estos pagos riojanos, alaveses o navarros, al fondo, vela nuestro deambular el León Dormido.

En dirección hacia Aras, un rompepiernas, superado el pueblo, alcancé el parque eólico “El Camino”. Al pie de uno de estos molinos de viento gigante vi lo anchos y grandísimos que son. En La Población el bar estaba cerrado y de regreso, parada en Barriobusto y Labraza, pueblo con caserones de piedra, todo muy bien cuidado, y privilegiadas vistas hacia la Sierra de Cantabria desde la Iglesia de San Miguel, en la plaza Mayor, para luego regresar a Logroño por Viana y pasando por Oyón.

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Mircea Cărtărescu. El hacedor de insomnios (José Carlos Rodrigo Breto)

Mircea Cărtărescu, El hacedor de insomnios. Es indiscutible que el título del ensayo de José Carlos Rodrigo Breto, editado por Ediciones del Subsuelo, tiene pegada. Me gusta la manera en la que José Carlos cierra el libro, replicando las palabras de Carlos Pardo acerca de que no se puede comprender a Cărtărescu, porque cada libro es como una negación del anterior.

Sea así o no, José Carlos en este ensayo, de toda la bibliografía de Mircea, a pesar de que aparezcan Nostalgia, El Levante, Las bellas extranjeras, El ojo castaño de nuestro amor, o Por qué nos gustan las mujeres se extiende sobre tres libros: El ruletista, Solenoide y la trilogía Cegador. Es curioso que se dediquen en el ensayo las mismas páginas a El ruletista, que es una novela de sesenta páginas, que a Solenoide que son 800 páginas, o a Cegador, que son 1500 páginas y en el ensayo se le dedican poco más de sesenta.

En el apartado dedicado a El ruletista el autor ofrece listados sobre libros (Diez textos circulares, Diez novelas de formación, Diez textos sobre juegos deportivos y de azar, Diez novelas de realismo mágico a la europea…) que no tienen demasiado que ver con Cărtărescu, así como bastantes digresiones de índole literaria, pero logra desentrañar bastante bien el espíritu de la novela, para ir mostrando cómo ese mundo de Mircea está siempre en continua expansión, siendo autorreferencial, empleando personajes que pasan de una novela a otra, con temas como la muerte del hermano que siempre está ahí, como una herida abierta que lejos de cicatrizar supurase cada día a través de su escritura.

Según José Carlos, Cărtărescu nos ofrece en los relatos de Nostalgia (del que El ruletista forma parte) algo que es extensible a sus novelas: contempla la vida como en escenas, como en dioramas, como en vitrinas de un museo en donde siempre se tensa la cadena del equilibrio entre Eros y Tánatos, entre la vida y la muerte también.

Si la definición de Solenoide como novela total, la verdad es que no nos aclara mucho las cosas, novela que podemos entender “como una búsqueda onírica”. O si la afirmación de que Solenoide es una novela tan transformadora que no quedaría nada del lector que iniciase Solenoide en el que llegara a su culminación, nos puede parece más propia de la faja de una cubierta del libro (o faja-pantalón, habida cuenta de que hoy hay fajas que no dejan ver la cubierta), el autor, en aras de lo tangible, nos ofrece unas claves acerca de qué elementos maneja Cărtărescu en esta novela.

Realismo mágico a la rumana. Insectos. El protagonista flota en su bañera, en la cama cuando activa el solenoide y en sueños extracorpóreos. La cuerda del ombligo. La casa en forma de barco y las otras casas: la escuela, la fábrica y las fábricas. Bucarest, Bucarest en ruinas. El cementerio oculto. Parásitos-el cuerpo invadido-. El doble y la identidad. Infancia/tortura. La otra vida es un catálogo Neckermann. Texistencia, onirismo, autoficción, teratología, riparografía, lo cuántico. Más insectos, estatuas, piquetistas, teseractos. Sillones de dentista. Sarcoptos. Wunderkammer. Bildungsroman. Gemelo maligno: Doppelgänger. Manuscrito Voynich. El tábano. Cegador.

Si en Cegador el manuscrito que leemos es el que va escribiendo Cărtărescu, asimismo el autor del ensayo también se instila en el texto, y nos cuenta fragmentos de un viaje a Rumanía, de tal manera que puede confrontar lo leído con lo vivido y en la tercera parte, su experiencia leyendo Cegador formará parte también del ensayo, a modo de Diario de una lectura.

Quizás porque Impedimenta publicó la trilogía Cegador después de Solenoide, aunque Funambulista ya había publicado anteriormente a Solenoide la primera parte de la trilogía Cegador (en 2010), puede hacernos pensar que Cegador copia, replica o es un derivado de Solenoide, cuando es el contrario, porque Cegador la escribió Cărtărescu, entre 1996 y 2007 que fue cuando se publicó en Rumanía.

Esto me gustaría que se hubiera desarrollado más, es decir, la manera en la que Solenoide podemos considerarlo un spin-off de Cegador, y en el caso de que haya similitudes, que las hay en Solenoide, lo que hace Cărtărescu es replicar lo que ya estaba en Cegador, aunque siempre con variantes, como ese momento en el que en Cegador, Cărtărescu, nos da una explicación o Gran revelación, acerca de lo que le pudo pasar a su hermano gemelo: que fuese robado.

Un ensayo que estoy convencido de que animará a quien lo lea a querer luego leer a Cărtărescu, y permitirá a quien ya lo haya leído, a releerlo de otra manera, con las claves y reflexiones que sobre la escritura del rumano nos aporta José Carlos.

Mircea Cărtărescu en Devaneos

Trilogía Cegador
El ojo castaño de nuestro amor
Solenoide