Archivo de la categoría: 2023

Viniegra de Abajo y Canales de la Sierra

Viniegra de Abajo y Canales de la Sierra son dos pueblos riojanos de la comarca de las 7 villas (asimismo parte del Parque Natural del Alto Najerilla). Se llega a estas localidades siguiendo la carretera que nos lleva a Anguiano. Viniegra de Abajo, a 70 kilómetros de Logroño, es uno de los Pueblos más bonitos de España (desde 2019). Merecido galardón a tenor de la belleza del pueblo en su conjunto, con sus calles empedradas, las fuentes borboteantes, las majestuosas casas indianas (de los oriundos de Viniegra que se marcharon a hacer las américas, en Argentina, en Buenos Aires), el lavadero, las Escuelas de Venancio Moreno) y el entorno natural (a lo largo del río Urbión) en el que se ubica.

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Para llegar a Canales pasaremos por el Embalse de Mansilla. Una vez en Canales es ineludible la visita a la Iglesia románica de San Cristóbal y al teatro barroco, en el caso de encontrarlo abierto. Edificio del siglo XVIII, restaurado en los años 90 del pasado siglo, que en agosto acoge el festival Canales Demanda Teatro y que nos recuerda a las corralas como las de Almagro. Merece la pena caminar luego contemplando las casas blasonadas, hasta la iglesia de Santa María y escuchar desde el puente el fragor del agua del río Najerilla.

Dentro de las jornadas de la Alubia de Anguiano, jornadas gastronómicas en el Alto Najerilla, tuvimos ocasión de comer en el Hostal la Villa. Unas alubias mantecosas acompañadas con los sacramentos y de segundo unas carrilleras espléndidas. Regado con un buen vino y una arroz con leche de postre. Muy buen menú por 19 euros, o 18 euros presentando la tarjeta La Rioja capital.

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Anguiano

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Las jornadas gastronómicas del Alto Najerilla (dos fines de semana de febrero y marzo) son la ocasión perfecta para visitar Anguiano, Canales de La Sierra, el Monasterio de Valvanera, Vinegra de Abajo, Brieva, Ventrosa de la Sierra. Una vez en Anguiano puede uno deleitarse viendo las montañas nevadas en sus cumbres y hacer algo de ejercicio yendo, por ejemplo, hasta la Cueva Nuño (aunque hay multitud de rutas de senderismo que se pueden hacer como ir a Matute, San Millán, al Tejo milenario o al Monasterio de Valvanera), recorrer sus tres barrios y cruzar los tres puentes (de este pueblo tan abundante en aguas, recorrido por el río Najerilla) o caminar por la empinadas cuestas como la cuesta de los danzadores) para luego comer las alubias (hay quienes prefieren denominarlas caparrón) rojas en cualquier de los nueve restaurantes (nosotros comimos en Valdevenados) que participan en estas jornadas. Alubias acompañadas de chorizo y tocino (pero también puede ser menestra, puerros…). De segundo bacalao (o churrasco, pechugas, ternera guisada…) y de postre flan de huevo (o de café, tarta de queso, coulant de chocolate, milhojas…). Con vino, agua o gaseosa. Todo por 19 euros, o 18 euros presentando la tarjeta Rioja capital.

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Santander, 1936 (Álvaro Pombo)

Leo en el Epílogo.

Deseo subrayar aquí que Santander 1936, que es una novela, que es ficción, a la vez contiene un gran número de elementos y personajes reales que forman parte de la guerra civil en Santander, como mi propio tío Álvaro Pombo Caller o mi abuelo Cayo. No hubiera sido posible escribir esta novela sin la ingente colaboración de Mario Crespo López: unos cuatrocientos folios que proceden de la hemeroteca de El Diario Montañés y demás material histórico. La generosa ayuda de Mario Crespo ha sido, pues, indispensable. Sin el realismo documental de un historiador como Mario, esta novela se habría quedado en nada.

Así pues Mario aporta el contexto, el material histórico y Álvaro Pombo (Santander, 1939) pone de su parte su buen quehacer literario y su memoria personal. La narración se centra en los pormenores de Álvaro, un joven de familia acomodada que a su regreso de París, cae bajo el influjo de la falange. Hay ahí un ascetismo y disciplina, propia de una orden religiosa que lo seduce. Su padre, Cayo, asiste al compromiso político de su hijo, temeroso, él que es burgués, laico y republicano, y ve en el ideario de Primo de Rivera, en su animo totalitario, elementos que no le convencen y asustan.

Es 1934, cuando se inicia el relato, el poder está en manos del gobierno republicano (sería la continuación a 14 de abril, de Paco Cerdá). Parece que las fuerzas republicanas y la de los sublevados fuesen dos fuerzas llamadas a colisionar, como si les resultara imposible desoír las voces que les impelen a cumplir con su destino histórico: ¿una lucha fratricida?
De esta manera parece que el diálogo y las palabras son imposibles. El único argumento convincente el de las armas, la destrucción, las checas (el asesinato de falangistas en el barco-prisión Alfonso Martínez), los bombardeos de la Legión Cóndor contra la población civil santanderina, las sacas. La barbarie.

El quehacer de Pombo consiste en tratar de ponerse en la mente tanto de Álvaro, como de Cayo, y así, mediante sucesivos diálogos entre padre e hijo, al estilo platónico, tratan de entender cada uno cuál es su naturaleza, sus motivaciones, sus porqués, sus destinos. Como si a la situación que viven se le pudiera buscar una explicación lógica. Como si fuese posible resolver la ecuación (con un buen número de incógnitas) con palabras.

Bueno.

Paco Robles

Paco Robles
Murió el domingo Paco Robles, (Jerez de la Frontera, 1957) fundador junto a Olga Martínez de la editorial Candaya. Como lector siempre le estaré agradecido. Creo que fue un libro de Javier Moreno, Click, aquel que me puso en la pista de Candaya. Camino que he frecuentado después un buen número de veces, siempre con ilusión y entusiasmo, pues para mí Candaya tiene hoy en día uno de los mejores catálogos disponibles, que me ha permitido leer a Gustavo Faverón Patriu, David Toscana, Eduardo Rodríguez Sosa, Gabriela Ponce, Fernando Nogueras Parra, Javier Martín, Giovanna Rivero, Marta Aponte, Luis Rodríguez, Mónica Ojeda, Alberto Torres Blandiana, Miguel Serrano Larraz, Álex Chico, Alejandro Morellón, Ednodio Quintero, Daniel Jándula, Sergio Chejfec

En un artículo de Tomás Sánchez Santiago leí esto. Vale la pena reproducirlo.

ELOGIO de la heroica iniciativa editorial, cuando la presencia del libro está por encima del interés de la presencia industrial. Hablo de Candaya, que sigue casi como cosa de familia, desde Canet de Mar, remando con ritmo sigiloso pero constante, dando al aire ediciones ejemplares en torno a autores contemporáneos. Ahora sale la de Roberto Bolaño (Bolaño Salvaje) y la de Ricardo Piglia (El lugar de Piglia), ambas complementadas con sendos CDs documentales sobre esos escritores.

Hace mucho tiempo que lo pienso: las más afamadas colecciones literarias con campamento en Madrid y Barcelona, y donde morirían por publicar tantos autores que siguen pensando que el mensaje es el medio- tienen mano larga pero también sucia. O al menos, descuidada. En cambio, en la sombra de la periferia es donde están aventuras tratadas con esmero y rigor. La editorial Candaya es una de las pruebas más significativas de ello. Larga vida a Candaya, amigos.

Descanse en paz.

Candaya en mis Devaneos.