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Matate amor (Ariana Harwicz)

Matate amor porta libro Ariana Harwicz

Ariana Harwicz
Lengua de Trapo
2012
152 páginas

Leyendo este libro (el primero) de la joven argentina Ariana Harwicz uno siente lo mismo que cuando te arrean un tortazo a la altura del labio y la rabia se mezcla con la sangre y su regusto salado te hace sentir vivo y te permite salir de este limbo de días repetidos y banalidad encofrada.

La prosa de Ariana Harwicz es potente, demasiado. Su lectura espolea y remueve y programa el corazón del lector en modo centrifugado. En menos de 150 páginas Ariana aborda muchos temas y más allá del climax asfixiante soberbiamente pergeñado, las páginas resultan enfebrecidas, enloquecidas, y esos delirios le hacen a uno abrir bien los ojos para releer varias veces lo que está leyendo, para que el chute sea doble.

Lejos de cualquier ñonería o sentimentalismo de garrafón, la protagonista de esta historia es como una muerta viviente, un fantasma del más allá, alguien con la razón quebrada, la vágina inflamada de deseo, una madre que no quiso ni quiere serlo, una esposa que no quiso ni quiere serlo, un cuerpo que busca fundirse con la naturaleza, conectarla con su lado más salvaje, con esa parte animal que anida en su interior, una mujer a quien un internamiento no soluciona nada, porque ella está enferma de realidad, empachada de presente, porque sabe demasiado bien lo que quiere o lo que no quiere y tanta verdad le satura y emborracha y asfixia y sueña entonces con otro mundos.

Digo yo que necesitaríamos un par de vidas más para disfrutar la presente en condiciones.

La historia se reduce (practicamente, porque hay otros personajes por ahí pululando, pero periféricos) a tres personajes: el matrimonio y un bebé. Una casa de campo en un aldea rural rodeada de toda suerte de animales. Un espacio pequeño en el que cabe la infidelidad, el delirio, la búsqueda, la perdición, quizá la redención y el perdón y muchas cosas más en ese micromundo, en este libro que parece una olla expres donde lo que se cocina huele a podrido, aunque luego sepa de muerte, como los callos.

Matate amor (Lengua de Trapo) es una de las mejores novelas que he leído de lo publicado en 2012. Así que en esos ranking de los mejores libros del año, que me da pereza hacer, figuraría bien arriba.

«Me hurgó con sus manos callosas. Cuando grito cogeme lo que menos hay es apetito. Y mientras entraba su pedazo de carne saliente en mi hueco, si esto es hacer el amor, estamos locos, deseé una habitación blanca por la que entre el aire del mar, la sal picante en mi lengua cortajeada». (pág 62)