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La Fuga concierto Reinosa San Mateo 2008

La Fuga cartel concierto Reinosa gratuito
La Fuga ensayos antes del concierto en Reinosa
La Fuga en concierto

El sábado en Reinosa, en la campa de Los Obeso, junto a las barracas y al lado del cementerio, acudí por vez primera a un concierto del grupo de rock La Fuga. El grupo es natural de Reinosa, así que estaban en casa. Hubo comentarios para amigos del pueblo, dueños de locales que frecuentan la gente del grupo cuando acaban las giras y vuelven a casa. El cantante se acordó de los que llevan con ellos más de diez años, cuando tocaban en Reinosa para cuatro pelados. El sábado había unos cuantos miles viéndolos entusiasmados, orgullosos de que un grupo local tuviera proyección nacional y quien sabe si también internacional si cruzan el charco y se comen Latinoamérica a dentelladas.

El Rulo, el cantante, se acordó de los que para él son el alma de las fiestas de San Mateo: la gente que hace las carrozas. Hizo que la gente cantara «a la orilluca del Ebro…», y vibrar a los presentes con la canción «Primavera del 87«, donde los Reinosanos aún recuerdan cuando los GEOS intervinieron en el pueblo resultando muerta una persona, Gonzalo Ruiz.

Los temas de La Fuga fueron coreados por una muchedumbre entregada, que se sabía todos y cada uno de los temas. La puesta en escena fue soberbia. La iluminación estupenda y tanto las guitarras como la voz de El Rulo sonaban de maravilla en la campa.
Entre otros temas sonaron: Por verte sonreír, La balada del despertador, Baja por diversión, Pedazo de Morrón, Negociando gasolina, Idiota, P`aquí p´allá, Miguel, Buscando en la basura, Pierdo verticalidad, Heroína, Majareta, Amor de contenedor, Los de siempre, Vengo, Malos pensamientos, Jaleo (estas tres últimas canciones de su último disco Asuntos pendientes)….

En total fueron un buen número de temas los que tuvimos la suerte de escuchar. El concierto fue gratuito, lo que hizo que Reinosa recibiera autobuses procedentes de Bilbao o Madrid, entre otras ciudades, y que varios miles de personas se reunieran en esa ciudad de Campoó, para ver a uno de los grupos de Rock, que junto a Fito, Extremoduro y Marea son a día de hoy de los que más gente llevan a los conciertos y más discos venden. (Era curioso ver como en las barracas había unos señóres vendiendo cds piratas, entre ellos el Asuntos Pendientes, de La Fuga).

Comenzó el concierto antes de las once de la noche y acabó pasada la una de la madrugada. Más de dos horas y media por tanto de puro y duro rock and roll.

He de decir que me gustó mucho el concierto. Salté bastante, por otra parte algo necesario porque hacía un frío del Demonio, en Reinosa, y ya comenzaba a helar, pero luego en las peñas enseguida entrabas en calor y me gustó ver al Rulo sobre el escenario moviéndose e incitando a la gente a pasárselo bien, no como el Robe Iniesta que parece un Cristo crucificado en los conciertos. Por cierto, Extremoduro toca en Logroño el día 11 de octubre.

Dover concierto Logroño 2008 Fiestas San Mateo

Ayer, dentro de las fiestas Mateas, tocaron en el Ayuntamiento de Logroño el grupo Dover. Habían estado por aquí tocando en la Adarraga en 1999. A las doce de la noche subieron al escenario. Las hermanas Llanos, Amparo y Cristina ambas teñidas de rubio platino. La pequeña de las Llanos, Cristina, la cantante, mostraba un físico totalmente opuesto al de sus comienzos. Ya no es regordeta, ahora está delgada y fibrosa, y se mueve sobre el escenario con movimientos espasmódicos, fumando y bebiendo, tirada sobre el escenario, levantando la pelvis, en posición fetal, portando un traje de fiesta muy glamuroso, perdiendo en alguna ocasión sus zapatos de tacón rojos, en resumen, una puesta en escena un tanto chocante.

La voz de Cristina siempre me ha gustado. Dover decidió cambiar de estilo y si bien siguen haciendo uso de las guitarras, bateria y bajo, ahora han introducido los sintetizadores, que tan buen resultado les ha dado con el exitazo “Let me out”. Han cambiado de estilo y de imagen, alejándose de su indumentaria grunge de los inicios. El caso es que mientras tocaban las canciones de los tres últimos discos la gente sobre el firme de la Plaza del Ayuntamiento no estaba muy animada, porque no se sabía las canciones (no olvidemos que Dover canta siempre en inglés). Hasta que no sonaron los temas de su segundo disco “Devil came to me”, (1997) no se vio a la gente saltar y cantar. Fue con el tema Serenade cuando se calentó el ambiente.

A los cincuenta y cinco minutos de concierto, dijeron que finalizaban. Luego volvieron para tocar cuatro temas más, entre ellos Devil came to me y tras una hora y cuarto de concierto, dieron las luces y se dieron el piro. Entre canción y canción Amparo hacía un pequeño introito a las mismas. Decía que tal o cual canción había sido muy especial para ella y para el grupo, sin precisar el porqué. El bajo, mientras, iba dando cuenta de la docena de cervezas que tenía a sus pies, y estático durante todo el concierto, movía de vez en cuando la cabeza, mostrando su pelo sedoso que le tapaba el rostro.
Cristina apenas habló con el público y cuando lo hizo tenía una voz pijilla, que contrastaba con la voz rasgada que tiene cuando canta, parecida a la de un gato con varicela.

El principal problema de cualquier grupo musical y de todo artista en general, es el encasillamiento, repetir una y otra vez el mismo tema que les han granjeado el éxito, por ello es meritorio que Dover haya tratado de dejar de lado sus inicios rockeros y hayan optado por torear en otras plazas, lo que no me convence del tema es que cuando toquen las canciones de su primer disco, las versionen de tal manera, con la musiquita discotequera de fondo, que las hacen casi irreconocibles, extrañas, de tal manera que no me gustaron nada al escucharlas bajo ese nuevo formato.

Dado que el concierto fue gratuito y estuve en buena compañía no me quejo. Un idiota, tras ventilarse una litrona delante nuestro, luego la tiró en el suelo, y poco me faltó para no hacer el “pisado de la litrona”, y dejarme allí un tobillo, pero ya sabemos que el incivismo es el pan nuestro de cada día.

Ahora a mediados de Octubre viene a Logroño Extremoduro, a presentar los temas de su último disco, Ley Innata. No iré a verlos. Robe Iniesta ya ha confesado que odia dar conciertos y es cierto, se le nota. La última vez que tocaron en Logroño, Robe se plantó en el escenario, cantó, tocó la guitarra y se marchó. No interactuó absolutamente nada con el público, a pesar de haber pagado 20 euros para verlos. Así que me escucharé el disco en casa, que viene a ser lo mismo que verlos en directo, porque todo hay que decirlo en vivo Extremoduro suena fabuloso, al igual que Fito.