Modiano de nuevo. Recuerdos durmientes es la última novela escrita por el escritor galo en 2017 y publicada en España en 2018 por Anagrama con traducción de María Teresa Gallego Urrutia. Miraba lo que había escrito cuando leí Accidente nocturno y Un circo pasa, y creo que se podría armar una reseña con jirones de todas las reseñas de los libros que he leído de Modiano en estos últimos años. Aquí, como en algunas de las novelas anteriores, aparecen los progenitores de Modiano, brillando por su ausencia. Modiano acude a internados y a sus 18 años, desamparado, el único consuelo que parece encontrar le viene de sus paseos por los bulevares parisinos, por su estancia en cafés de toda clase, registrando conversaciones ajenas que irá anotando en cuadernos, durmiendo en pensiones, hostales, con trabajos librescos precarios, siempre sin rumbo fijo (pero sin salirse de los distritos parisinos), aquejado de un nomadismo urbanita al que parece verse abocado irremisiblemente.
En 2017 Modiano echa la vista hacia atrás, nada menos que cinco décadas, para situarse en el año 1965, cuando el escritor contaba 20 años. De ese pasado, de los recuerdos durmientes del título de la novela, entresacará el rostro de varias mujeres, unas jóvenes, otras mayores, con las que compartió episódicamente un tiempo de su juventud y con las que casualmente volverá a reencontrarse pasado un tiempo, como si éste no hubiera pasado. Sabemos que en Modiano la intriga es demasiado leve, nada que ver con las novelas de misterio donde hay que poner siempre cara al asesino, desentrañar sus motivaciones, tener al lector infartado en su leer y cosas por el estilo. En el caso de Modiano el misterio, el suspense, la intriga, se cifran aquí en fichas policiales, en las que aparece el joven Modiano (sin llegar a ser identificado), cuando acompañó a una joven, a la que auxilia, la cual ve cómo muere accidentalmente un individuo en su casa.
Escribir es volver al pasado, también exorcizarlo, escritura como liberación, al referir hechos ocurridos hace más de cincuenta años, que siguen ahí remordiéndole al autor la conciencia, y también tratar de poner cara, a esos nombres y apellidos que aparecen en sus cuadernos y comprobar cómo muchas de las direcciones que ahí aparecen son edificios que han dejado de existir, negocios clausurados, hoteles reconvertidos en apartamentos. Aquel mundo que como se dice en la novela parecía estar conteniendo el aliento antes de su desaparición. Un mundo anterior a internet, donde los números de teléfonos, las direcciones postales, las conversaciones ajenas, se iban anotando en agendas, cuadernos, servilletas, donde las guías de teléfono eran el facebook de hoy.
La literatura en la obra de Modiano parece ser un edificio con dos salidas y tres plantas, con distintas habitaciones en la que cada una de sus puertas le conducirá al pasado, a distintos momentos de su trayectoria vital, puertas que al final vemos cómo van enmarañando los distintos hilos temporales, pues todas ellas parecen conducirnos a un mismo punto, al eterno retorno de lo mismo.
Patrick Modiano en Devaneos:
Un circo pasa
El callejón de las tiendas oscuras
La hierba de las noches
Accidente nocturno
En el café de la juventud perdida
Más allá del olvido.