El tiempo de nuestras canciones es una extensa novela de Richard Powers, con traducción de Jordi Fibla, que he leído lentamente durante tres semanas.
De entrada, me gusta el tema que trata: la música, en general. Porque la vida que se nos cuenta es la de Jonah, un joven norteamericano de voz prodigiosa, nacido en 1941, el cual ha mamado música desde la teta materna. Sus padres son dos enamorados de la música y esta siempre suena en casa. Además, tanto los progenitores como el hermano, Joey (el narrador, nacido en 1941) y la hermana, Ruth, también cantan.
La narración nos sitúa en los Estados Unidos, antes y después del crac del 29 y de la segunda guerra mundial y nos llevará hasta comienzos de los noventa.
El matrimonio formado por David, un científico judío alemán (preocupado por la existencia del tiempo, siempre lidiando este con problemas teóricos, sin ser capaz de ver los problemas reales que se le presentan en el día a día; personaje que emparentaría con Hamlet García, el personaje de la novela de Paulino Masip, metafísico ambulante, perdido asimismo en su mundo teórico) que llega a Estados Unidos a mediados de la década de los treinta y por Delia, la hija mestiza de uno de los primeros médicos negros de los Estados Unidos.
Se nos cuenta la historia de la familia de Delia, primero al frente de una barbería, luego con los estudios en medicina; muy presente la capacidad de trabajo, la habilidad en los negocios; la circunstancia de guardar los ahorros en casa, durante el crack del 29, les ayuda a hacerse millonarios. Los hijos, al no ser blancos (recuerdo aquello que aparecía en Luz de agosto, la novela de Faulkner, algo así como que una sola gota de café en una taza de leche servía para mancharlo), también sufren el hostigamiento de la sociedad. Richard Powers va describiendo esta situación, a veces absurda, como cuando la exitosa y ameritada cantante negra Marian Anderson abarrota auditorios de distintas ciudades americanas y, sin embargo, no encuentra un hotel que quiera alojarla, por el color de su piel. O el brutal asesinato de un joven negro de catorce años, Emmett, después ser ultrajado por dos hombres blancos, que nos da cuenta del estado de las cosas y cómo noticias de esta cariz son capaces de atormentar al pequeño de los Strom. Sigue leyendo