Leyendo la entrevista que le hacían a Luis Rodríguez en Pliego Suelto me llamó mucho la atención lo que sigue abajo, porque tiene razón Luis y cuando uno escribe algo sobre una novela si no dices nada del argumento, sientes que te quedas corto, pero si te explayas mucho, entonces, destripas la novela. La solución que propone quizás sea la pertinente, ahí va:
¿Por qué no se hacen las críticas literarias en dos colores? Por ejemplo, párrafos en negro destinados a quienes no han leído el libro, y en rojo para quienes sí.
Si el lector llega a un libro por una reseña, no debe recibir la misma información que si lo hubiera leído. La reseña ha de servir para las dos cosas. Poner en nuestro conocimiento un libro que puede interesarnos y dialogar tras la lectura compartiendo su mirada experta.
¡Paparruchas!. Si destripar el argumento hace peor la novela, quizá no sea tan buena novela, ¿no?
Hola hoeman, creo que esto también guarda relación con el género de la novela. Si en El último barco, la última novela de Domingo Villar casco la identidad del asesino/asesina, entonces sobran las 700 páginas anteriores, quizás porque como bien apuntas la novela no es tan buena.
Ahora estoy leyendo por ejemplo Sur de Antonio Soler, y aquí hablar del argumento no le resta cualidades a una obra estupenda, ya que prevalece más el cómo se cuenta que el qué se cuenta. Dicho lo cual lo que plantea Luis me parece interesante, el cómo aunar en una reseña un texto válido para los que no han leído el libro como para los que sí.