Por la carretera que comunica Logroño con Soria, en el Camero Nuevo, pasado el túnel de Viguera y a mano derecha, podemos coger un pequeño sendero y 100 metros más adelante aparcar el coche.
Ahí iniciamos una senda con olivos a nuestra derecha, más adelante pasaremos por una explotación vaquera para adentrarnos luego en el estrecho barranco propiamente dicho, donde apreciamos la erosión que el agua causa en la piedra.
A pesar de que la mañana estaba fresca: cinco grados, hacía sol y el cielo estaba raso, y el terreno muy poco húmedo, propiciando una maravillosa caminata.
Donde acaba el barranco se inicia la ascensión. Antes de hacer la cordada dimos la vuelta.
Ya sitos en la zona, vale la pena acercarse hasta Viguera para subir a lo alto del pueblo y disfrutar entonces de las bonitas vistas al valle del Iregua que depara el mirador de Peñueco y tomarte luego un Aperol en El Refugio.