Cada vez más cantantes publican con éxito sus poemarios. Al lado de este de Xoel López, que algunos conocerán primero de su etapa como cantante de Deluxe y ahora ya cantando en solitario (con lanzamiento de nuevo disco, Sueños y pan, el 17-11-2017), he visto otros poemarios de Marwan, Javier Corcobado, Ismael Serrano, Kutxi Romero… Xoel como cantante me gusta mucho, pero este poemario no me ha parecido nada del otro mundo. Creo que sobran unos cuantos poemas de los más de 70 que hay en el poemario, y otros muchos son bastante simples, poco más que anécdotas como su paso por los Estados Unidos, el eterno retorno del 1 de septiembre, lo Efímero de los los pensamientos que se nos van de las mientes antes de llegar a ponerlos en el papel, de ahí que los lea y olvide casi a la par. Algunos poemas cortos, poco más que juegos de palabras los he disfrutado:»Si inventaran la máquina del tiempo, todo pasado sería peor«. En LLANURAS Voy recorriendo tus llanuras frenando con los labios, por si me estrello.
Como cantante Xoel quiere romper en POLIZONES los límites, si los hubiera, entre poesía y canción:
Qué importa
si es poesía
o es canción
Ahora que Xoel tiene ahora 40 años y está ya en el ecuador de su vida, este poemario lo veo como un echar la vista atrás, un hacer balance, siempre con la mirada en lo más próximo, cercano y motivador, el amor de su pareja, la cual no sustancia ya fantasías eróticas, ni alimenta un amor obsesivo y excluyente sino que ese amor tiene razón de ser y gana en profundidad cuando el amor a dos se funde en un abrazo con el “universo”, término que aparece unas cuantas veces, porque este poemario, este bailar cometas me parece un abrazo al mundo y al hacerlo bajo el mar, es como buscar el aliento del otro, del más próximo.
Entiendo unos cuantos poemas como una toma de conciencia de lo que se es (SECRETO: Hoy me regalas un secreto y yo te prometo para siempre olvidarlo), de la asunción de los errores, del aguafuerte del yo (una voz que dice: evitar la tristeza es como esquivar la luna. Es desterrar la propia vida), de sus limitaciones y aristas, un despojarse de lo innecesario para ir en pos del meollo de la existencia y también un admitir al otro no desde el atavío del ideal, sino desde el harapo del desgaste diario, de la cama fría, desde la asunción de El PAISAJE COMPLETO, pero donde a pesar de todo, el amado otro, es la casa, la luz, el alimento, el amparo, en definitiva. Como dice en (INSTRUCCIONES PARA DECIR) TE QUIERO, hace falta soñarse, quemarse, perderse, olvidarse, reconstruirse […] para que un «te quiero» suene a eso, O en TODO LO QUE TE PUEDO AMAR: Cómo decirte que soy todo lo que te puedo amar.
O en DISFRACES:
He aprendido a quererte
con todo lo que fuimos.
Por todo lo que soy.
Los poemas que van en esa línea me gustan, como BOXEADOR, me recuerda a El perdedor de Bukowski
Chico, tu no sabes pelear» me dijo.
y yo me levanté y le lancé de un golpe por encima
de una silla.
fue como una escena de película y
allí quedó sobre su enorme trasero diciendo
sin cesar «Dios mío, Dios mío, pero ¿ qué es lo que
te ocurre?» y yo me levanté y me vestí,
las manos aún vendadas, y al llegar a casa
me arranqué las vendas de las manos y
escribí mi primer poema,
y no he dejado de pelear
desde entonces..
En el poema BOXEADOR de Xoel leemos:
Golpeé todo en la vida
como si fuera un saco de boxeo.
Golpeé todo, siempre,
hasta que me sangraron las manos.
Un día bajé la guardia,
me acosté a su lado,
y comenzó mi idilio
con el universo.
Me gusta Siglo XXI, para mí el mejor poema del poemario, donde el autor apuesta por la poesía, la cual es imparable, a la cual no se la puede ni amordazar, ni ningunear, pues está en todas partes y sin ella, como sin oxígeno, la vida nos resultaría asfixiante.
SIGLO XXI
No hay tiempo para la poesía.
Sólo hay redes, pantallas, horarios.
No hay huecos ni calendarios
para las cosas bellas.
No hay tiempo para buscar
debajo de cada piedra,
detrás de cada montaña,
el rayo que atraviesa cada cuerpo.
No hay lugar para la poesía,
pero la poesía se cuela
por la ranura de la puerta
por el hueco de la ventana.
Entre los cables enmarañados.
Entre las multitudes.
En tu bandeja de entrada.
En tu casa.
En tu cuerpo.
En todas tus fisuras.
No hay espacio para la poesía,
pero está en todo y todo lo alcanza.
Porque a fin de cuentas y como cantaba Xoel en su temazo Tierra, sin palabras, dime qué nos queda. El arte es un salvación dice Xoel. Sea.
Espasa Libros. 2017. 140 páginas. Ilustraciones de Sr. García.