Al visitar el museo Vasco del ferrocarril en Azpeitia me venía en mientes el libro de Denis Johnson, Sueños de trenes. La visita al museo es un regreso al pasado, casi dos siglos atrás y la constatación de ese progreso que pasa de alimentar los trenes con carbón (como el que te lleva hasta la próxima estación de Lasao) a hacerlo con electricidad y llevarnos a 300 km/h. En el taller mecánico de la antigua estación es alucinante ver cómo un motor es capaz de hacer funcionar 16 maquinas distintas. Cuando los peques se preguntan que para qué sirven las poleas y las correas aquí tienen una explicación que salta a la vista.
Sueños de trenes
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