La ermita de la virgen de la rosa es una ermita que se cae a pedazos, aledaña al señorial pueblo riojano de Ábalos en el que no faltan las casas blasonadas.
Ábalos es un municipio a treinta minutos en coche de Logroño, al que accedemos después de pasar por La Guardia (uno de los pueblos más bonitos próximos a Logroño) o Samaniego, en un zigzag de la carretera que nos va pasando de La Rioja al País Vasco. No parece haber un espacio de tierra sin cultivar la vid y no faltan un buen número de bodegas. Un paisaje que ahora en otoño nada tiene que envidiar al de la Toscana.
Saliendo de Ábalos por la travesía de la Rosa, el asfalto pronto da paso a una pista de tierra. Más adelante, después de unos veinte minutos hay una bifurcación en la que hay que girar a la izquierda, dejando a nuestra derecha una caseta blanca con la puerta azul.
Si vas hacia la derecha la pista asciende continuamente y con bastante desnivel. Es lo que hicimos nosotros para luego volver
hasta la bifurcación y coger entonces el camino de la izquierda.
Más adelante una señal nos indica que hacia la derecha está la Ermita de la virgen de la Rosa. Nos internaremos entonces en un bosque, por un sendero entre árboles y en algo menos de media hora desde la señal llegaremos a la ermita.
Llegamos a las ruinas de la ermita apenas unos minutos antes de que anocheciera. Es bonito ver el sol declinar. De la ermita apenas queda en pie una pared y un muro. Más adelante de la ermita, subiendo el promontorio hay unas espléndidas vistas al valle.