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Medea (Eurípides)

Medea es el espíritu de la contradicción: la pugna feroz entre la razón y el instinto. En este caso Medea no puede dar su visto bueno a que su marido Jasón la expulse de su lecho para poner en su lugar a otra mujer, a Glauce.

Medea ve que la mejor manera de aniquilar a Jasón es servirse de sus hijos, matándolos y de paso acabar también con Glauce y con su padre Creonte.
Medea se debate entre hacerlo o no, y al final vence su instinto asesino, su ansia de venganza, pareja a la Electra sofoclea.

Si leemos la prensa o vemos los telediarios -reducidos a poco menos que una concatenación de hechos escabrosos- veremos que servirse de los hijos para hacer daño al otro cónyuge, es práctica habitual, y que incluso hay quienes obran como Medea. Resulta la lectura tan terrible y espeluznante como real.

Si en Sófocles ya leímos parricidios, matricidios, suicidios…, con esta obra de Eurípides, hemos de añadir a los ingredientes de la tragedia griega el infanticidio.

Medea es otro clásico teatral, que no pasa de moda.

Lo curioso, tanto en las tragedias de Eurípides, como en las de Sófocles, y en las tragedias griegas de cualquier otro autor, es que la estructura es casi fija, y lo que varía es el enfoque que le da el autor, y el tratamiento que hacen de un mismo mito, que a menudo se repite, como sucede por ejemplo con la Electra de Sófocles y la de Eurípides.

Gredos Editorial. 2010. 96 páginas. Traducción de Alberto Medina González.

Sófocles

Electra (Sófocles)

La protagonista es la homónima Electra, la cual llevada por la cólera, no puede perdonar a Egisto, el asesino de su padre Agamenón, rey de Micenas, cuando vuelve victorioso de Troya, ni a su madre, Clitemnestra, que se quedó a vivir con el asesino de su marido, y que colaboró activamente en la muerte de su esposo. Clitemnestra no podía perdonar a Agamenón sus infidelidades, que se trajera como botín de guerra a la princesa troyana Casandra, ni que este sacrificara su hija Ifigenia, en honor de la diosa Ártemis a fin de obtener buen viento para la expedición, cuando se dirigieron a Troya a liberar a Helena.

Para colmo de males, a Electra le llega la noticia de que su hermano Orestes también ha muerto, lo cual se demostrara falso, lo que le da pie a Electra para consumar la venganza, junto a su hermano, perpetrando el matricidio de Clitemnestra y un final parecido para Egisto.

Queda ya Electra, con el paso de los siglos, reducida a su rol de vengadora y Clitemnestra como la infame. Me ha gustado menos que Edipo, Edipo en Colono y que Antígona.